lunes, 18 de julio de 2011

LA BIBLIOTECA DE JoPeK: EL PRIMERO DE MIS MUCHOS COMICS / SUPERMAN N° 26: TROMBA



Reseñado por: JoPeK (¿era necesario decirlo?)
Publicado en: Superman # 26 (Perfil)
Edición original: Superman # 7 (Jul-1987)
Argumento y dibujo: John Byrne.
Tintas: Karl Kesel.


 Sin duda, el hábito de leer no viene con uno incorporado, se hace, sobre todo cuando pequeño. Éste no lo ganamos  con los libros que nos mandaban a estudiar en el colegio, ya que siempre eran cosas que no nos gustaban, por ende, la lectura resultaba ser, generalmente, un martirio del cual buscábamos deshacernos rápido.




 Pero con qué incentivar la lectura a un niño, si los libros son letras impresas en hojas de roneo, de textura que pareciera estar siempre con tierra y sin nada que incentive, por lo menos, estar viendo esto. Fácil, con algo mediático, que tenga color, dibujos, escritura y personajes conocidos, un Comics.
 Mi papá, también motivado por un cierto entusiasmo mío, un día me trajo una revista, al principio yo no entendía mucho de que era, pero cuando la hojee, me di cuenta que era un comics de Flash, en ese tiempo publicado por Perfil y con el nombre de Flush-Man. Este choque de nombre, hizo que tuviera un poco de rechazo debido a que pensaba que no era original y/o una copia burda, por lo mismo no lo leí, de hecho, en un trabajo de colegio, necesitábamos llevar revistas para recortar, en mi infantil actuar, lo lleve.




 Sin haberlo leído, igual me vanagloriaba frente a mis amigos al tener en mis manos un comics de un superhéroe, llamaba tanto la atención haciendo eso en plena clase, que el profesor llegó al costado mío y me lo arrebató de las manos, obviamente, nunca me lo devolvió.
 Cabizbajo llegue a mi casa, no le podía decir a mi papá que me habían quitado el comics que él me trajo, mucho menos que lo había llevado para recortarlo. Pasaron  un par de días y a pesar de ser pequeño (tenía alrededor de seis años en ese entonces), igual sentía un cierto remordimiento por haber perdido el regalo de mi padre, así que le pedí otro comics, esta vez de alguien más conocido.
Sin esperar mucho, me trajo un comics de Superman, mi primera revista de mi personaje favorito. Éste lo llevaba a todos lados conmigo, a la casa de mis abuelas, de mis tíos, incluso estaba tan entusiasmado, que lo contagie a mi mejor amigo. A la semana el llegó también con su comics, aunque en el tiempo a él no le motivaron como a mí. Me demore mucho tiempo en leerlo, la lectura claramente  en ese tiempo no era mi fuerte y un comics que hoy en día me toma alrededor de 15 a 20 minutos, en ese tiempo estuve varios días hojeándolo.




 La historia se llamaba Tromba, la primera hoja había unos científicos haciendo experimentos para tener una energía limpia, renovable y de bajo costo (cosa que en la actualidad vivimos, y no en comics), Lois Lane estaba reporteando los hechos, cuando ocurre una falla en el sistema que hace explotar todo el complejo. Superman, en El Diario el  Planeta, quería contactarse con la Mujer Maravilla, luego de un encuentro que habían tenido, en eso escucha lo ocurrido y parte al rescate.
Logra contener el incendio y cuando se pone a buscar a sobrevivientes, se encuentra con una extraña mujer, la cual actuaba raro y de forma violenta. A penas Superman fue agredido, él la logró aprisionar, cuando de repente, se encuentra alguien que estaba vivo, éste le cuenta lo que pasó y que esa mujer, es nada menos que Lois Lane, quien absorbió la energía experimental y que la misma le borró todas luces de raciocinio y por ello se comportaba de forma salvaje.
 Como la energía era auto-renovable, al aumentar, también crecía la mujer. Ésta se traslada al centro de Metrópolis, en donde Superman no le queda más opción que detenerla. Sorpresivamente aparece Lois y le dice que la mujer es la doctora que estaba junto a ella.
 Superman daba por hecho que la energía crecería tanto que mataría a su portador, Kal sabía que él era una batería solar, por ende, decide tomar la ésta de su contrincante, salvándola, pero  condenándose si lo la logra liberar. Huye de Metrópolis en búsqueda de la forma de dejar el poder que tenía. En su camino se encuentra con una tormenta eléctrica, se cruza en el curso de un rayo y se deshace de ella.




 Cuando termine de leer la revista, quede fascinado, si ésta era una de las tantas historias que tenía Superman, no podía esperar a tener el resto. En su portada decía Número 26, por ende, en mi infantil inteligencia, creía que podía encontrar el resto de los comics y además seguir el resto, no pude realizar lo primero, pero al ser niño e hijo único, mi papá me traía siempre el número siguiente, teniendo como resultado, un gusto cada vez mayor por los comics.
Hasta el día de hoy sigo adquiriendo comics, ya sea porque yo me los compro, o mis padres me siguen regaloneando, algo bastante infantil, dado la edad que tengo, jajajajajajaja.
 Actualmente, debo tener unos 200 comics en mi biblioteca en casi veinte años leyendo éstos y he leído casi el doble, ya sea por revistas prestadas o descargadas. Para muchos, leer un comcis es sinónimo de inmadurez, y cada vez que me dicen eso hago una de dos cosas: le enrostro lo equivocado que está demostrándole que hacer muuuuuuuuuuuuuucho rato dejaron de ser para niños o hago oídos sordos, porque el único infantil en este caso, sería la otra persona al no querer ver, averiguar o tratar de conocer otras cosas fuera de su círculo, ya que una persona madura, siempre busca hacer todo lo que él se niega.
 Más todo esto sirvió para obtener un hábito del que todos se quejan, que los jóvenes y la población en general, y el país no tiene, de lectura, pero de comics.


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