Reseñado por: JoPeK
(¿era necesario decirlo?)
Publicado en:
Superman # 26 (Perfil)
Edición original:
Superman # 7 (Jul-1987)
Argumento y dibujo:
John Byrne.
Tintas: Karl Kesel.
Sin duda, el hábito de leer no viene con uno
incorporado, se hace, sobre todo cuando pequeño. Éste no lo ganamos con los libros que nos mandaban a estudiar en
el colegio, ya que siempre eran cosas que no nos gustaban, por ende, la lectura
resultaba ser, generalmente, un martirio del cual buscábamos deshacernos
rápido.
Pero con qué incentivar la lectura a un niño,
si los libros son letras impresas en hojas de roneo, de textura que pareciera
estar siempre con tierra y sin nada que incentive, por lo menos, estar viendo
esto. Fácil, con algo mediático, que tenga color, dibujos, escritura y
personajes conocidos, un Comics.
Mi papá, también motivado por un cierto
entusiasmo mío, un día me trajo una revista, al principio yo no entendía mucho
de que era, pero cuando la hojee, me di cuenta que era un comics de Flash, en
ese tiempo publicado por Perfil y con el nombre de Flush-Man. Este choque de
nombre, hizo que tuviera un poco de rechazo debido a que pensaba que no era
original y/o una copia burda, por lo mismo no lo leí, de hecho, en un trabajo
de colegio, necesitábamos llevar revistas para recortar, en mi infantil actuar,
lo lleve.
Sin haberlo leído, igual me vanagloriaba
frente a mis amigos al tener en mis manos un comics de un superhéroe, llamaba
tanto la atención haciendo eso en plena clase, que el profesor llegó al costado
mío y me lo arrebató de las manos, obviamente, nunca me lo devolvió.
Cabizbajo llegue a mi casa, no le podía decir
a mi papá que me habían quitado el comics que él me trajo, mucho menos que lo
había llevado para recortarlo. Pasaron
un par de días y a pesar de ser pequeño (tenía alrededor de seis años en
ese entonces), igual sentía un cierto remordimiento por haber perdido el regalo
de mi padre, así que le pedí otro comics, esta vez de alguien más conocido.
Sin esperar
mucho, me trajo un comics de Superman, mi primera revista de mi personaje
favorito. Éste lo llevaba a todos lados conmigo, a la casa de mis abuelas, de
mis tíos, incluso estaba tan entusiasmado, que lo contagie a mi mejor amigo. A
la semana el llegó también con su comics, aunque en el tiempo a él no le
motivaron como a mí. Me demore mucho tiempo en leerlo, la lectura
claramente en ese tiempo no era mi
fuerte y un comics que hoy en día me toma alrededor de 15 a 20 minutos, en ese
tiempo estuve varios días hojeándolo.
La historia se llamaba Tromba, la primera hoja
había unos científicos haciendo experimentos para tener una energía limpia,
renovable y de bajo costo (cosa que en la actualidad vivimos, y no en comics),
Lois Lane estaba reporteando los hechos, cuando ocurre una falla en el sistema
que hace explotar todo el complejo. Superman, en El Diario el Planeta, quería contactarse con la Mujer Maravilla ,
luego de un encuentro que habían tenido, en eso escucha lo ocurrido y parte al
rescate.
Logra contener
el incendio y cuando se pone a buscar a sobrevivientes, se encuentra con una
extraña mujer, la cual actuaba raro y de forma violenta. A penas Superman fue
agredido, él la logró aprisionar, cuando de repente, se encuentra alguien que
estaba vivo, éste le cuenta lo que pasó y que esa mujer, es nada menos que Lois
Lane, quien absorbió la energía experimental y que la misma le borró todas
luces de raciocinio y por ello se comportaba de forma salvaje.
Como la energía era auto-renovable, al
aumentar, también crecía la mujer. Ésta se traslada al centro de Metrópolis, en
donde Superman no le queda más opción que detenerla. Sorpresivamente aparece
Lois y le dice que la mujer es la doctora que estaba junto a ella.
Superman daba por hecho que la energía
crecería tanto que mataría a su portador, Kal sabía que él era una batería
solar, por ende, decide tomar la ésta de su contrincante, salvándola, pero condenándose si lo la logra liberar. Huye de
Metrópolis en búsqueda de la forma de dejar el poder que tenía. En su camino se
encuentra con una tormenta eléctrica, se cruza en el curso de un rayo y se
deshace de ella.
Cuando termine de leer la revista, quede
fascinado, si ésta era una de las tantas historias que tenía Superman, no podía
esperar a tener el resto. En su portada decía Número 26, por ende, en mi
infantil inteligencia, creía que podía encontrar el resto de los comics y
además seguir el resto, no pude realizar lo primero, pero al ser niño e hijo
único, mi papá me traía siempre el número siguiente, teniendo como resultado,
un gusto cada vez mayor por los comics.
Hasta el día de
hoy sigo adquiriendo comics, ya sea porque yo me los compro, o mis padres me
siguen regaloneando, algo bastante infantil, dado la edad que tengo,
jajajajajajaja.
Actualmente, debo tener unos 200 comics en mi
biblioteca en casi veinte años leyendo éstos y he leído casi el doble, ya sea
por revistas prestadas o descargadas. Para muchos, leer un comcis es sinónimo
de inmadurez, y cada vez que me dicen eso hago una de dos cosas: le enrostro lo
equivocado que está demostrándole que hacer muuuuuuuuuuuuuucho rato dejaron de
ser para niños o hago oídos sordos, porque el único infantil en este caso,
sería la otra persona al no querer ver, averiguar o tratar de conocer otras
cosas fuera de su círculo, ya que una persona madura, siempre busca hacer todo
lo que él se niega.
Más todo esto sirvió para obtener un hábito
del que todos se quejan, que los jóvenes y la población en general, y el país
no tiene, de lectura, pero de comics.
No hay comentarios:
Publicar un comentario