lunes, 17 de octubre de 2011

DEADMAN: VEINTE PREGUNTAS, PARTE 1 (THE NEW 52) – DC COMICS



Reseñado por: Ash
Edición original: DC universe presents: Deadman # 1 (Sep-2011)
Guión: Paul Jenkins.
Dibujo: Bernard Chang.
Color: Blond.
Portada: Ryan Sook.


Escucha sobre el murmullo de la radio.
Escucha por encima del sonido de cuchillas en rotación.
Escucha a través del tráfico y la circulación.
Escucha como la esperanza y la paz intentan rimar.
Escucha por encima de bandas de música tocando a la suya.

LEVANTATE, LEVANTATE, HOMBRE MUERTO.

- U2 “Wake up Deadman”




Resumen_ El personaje de Deadman estaba destinado no solo a vagar en el inframundo de los muertos, sino que a hacer lo mismo en la editorial que lo vio nacer, puesto que no ha encontrado con una trayectoria que se pueda llamar longeva, y salvo por contados arcos arguméntales (como el de Andrew Helfer en 1986 o Steve Vance en 2002), poco se ha explotado a este tan carismático héroe.
  Hombre muerto no debería ser encasillado dentro de la misma forma en la que se encasilla al superhéroe por excelencia; si bien lleva el titula “Man” como cabecera, su accionar esta mucha más erigido hacia la redención, que el trabajo altruista en pos de la humanidad. Un ser que regresa de entre el mundo de los muertos con el propósito de balancear la constante pugna entre el bien y el mal, debe estar conectado con todos aquellos acontecimientos en los que se puedan entablar estas batallas. Ahí, en esa peregrinación constante, es donde radican los atributos del personaje, en el poder dotar de un carácter mucho más existencialista, los horrores mundanos como asesinatos, guerras y vicios del ser humano.




 A Boston Brand, trapecista de un circo, cuyo mayor excitación es lograda al recibir los aplausos en su espectáculo, se le presenta la oportunidad de poner paz a su alma y poder balancear el bien sobre el mal en el mundo de los seres vivos, una fuerza divina encargado de los hechos más terrenales y mundanos.
 Tal vez no es lo demasiado atrayente el plantear estos problemas en género como el de superhéroe, y si no es manejado con una visión adulta del tema (piénsese en los comic de linterna verde de Dennis O’neil y Neal Adams) puede ser tan poco verosímil como cualquier otra historia de fantasmas.




  Al desplegar una gran cantidad de seres con perturbaciones sicológicas, el guión de Jenkins puede jugar con los distintos niveles que van construyéndose alrededor del protagonista; de ser un simple observador (a niveles de voyerismo), hasta intervenir las acciones, y por tanto los destinos de loa que debía prestar atención, poniendo en jaque a la deidad que correspondía obedecer. Entonces se presenta el conflicto entre la deidad / institución y el ser por el cual es controlado.

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