Reseñado por: Ash
Como forma de celebración por los
cuatrocientos artículos desarrollados por este blog, del cual estoy muy
agradecido de la invitación a unirme como ensayista, he decidido el celebrarlo
con una nueva sección que espero sirva como caldo de cultivo sobre las fusiones
de distintos medios de expresión cultural que podemos encontrar en el noveno
Arte. Así que, a modo de pequeña introducción, solo decir lo que pretende
desplegar este rincón de CBFAL y de la noción de cine clase “C”.
Desde el inicio de ambos medios (comic y
cine), ambos conceptos se han estado nutriendo entre sí, tomando ideas, creando
adaptaciones, volviendo carne aquello que los lectores solo pueden imaginar
mediante la observación y lectura de cada una de las viñetas. La misión de esta
nueva sección, es dar a conocer aquellas adaptaciones que no han contado con la
gran publicidad de las mega producciones, de corte mucho más
independiente/autoral he inclusos aquellas soberanas basuras que han destruido consigo
mismo la esencia de aquellas historias.
Esta semana…A History of Violence (2005)
Resumen_ Imaginen la siguiente escena: te
encuentras atrapado en medio de una balacera y
mientras tratas de escapar, accidentalmente te tropiezas con uno de los
asaltantes con su espalda descubierta, sin ningún tipo de indicio de que te
haya visto tratando de escapar, entonces, entre medio del charco de cadáveres y
sangre, encuentras el arma del guardia de seguridad. ¿Cuáles son las opciones
que se te vienen automáticamente a la mente?, esta puede ser una interrogante
apetecible a la hora de comentar la siguiente pieza de arte: la violencia
interior, y como esta se manifiesta en A History of Violence.
El protagonista de esta adaptación, un
soberbio Viggo Mortensen quien encabeza el reparto, parece ser el típico esposo
y hombre de familia, buen padre, buen amante, respetado en su comunidad propias
en el panorama estadounidense, que un día cualquiera, luego de haber impedido
un asalto en la cafetería que administra, pasa a ser héroe de los mass media,
siendo tal acontecimiento el responsable del desmembramiento de su aparente
vida perfecta. La película en si podría estar dividida en dos actos, el primero
es la especulación que se cierne sobre el espectador, de que, los mafiosos que
llegan al pueblo de Millbrook, Indiana (encabezado por Ed Harris, su
desfigurado rostro y William Hurt como jefe mafioso irlandés) puedan estar
equivocados en su búsqueda de aquel implacable asesino llamado “Joey”, creemos
que el dueño de cafetería solo comparte ese sadismo por la violencia netamente
para auto preservación suya y de sus seres queridos, pero son solo necesario
treinta minutos de metraje, para descubrir la condición de Tom Stall, y como
tal revelación, esta termina (de una forma retorcida) uniendo a la familia como
una entidad ya corrompida por los pecados del padre.
En algunas palabras del
director, el concepto a retratar sobre la “violencia”, no es aquella acción
desproporcionada, estilizada y coreografiada que encontramos presente en el
cine actual; sino aquella violencia cotidiana, aquella que podemos observar en
una pelea callejera, o hemos presenciado dentro de nuestros propios hogares, y
es de esta forma, como la presenciamos, paso a paso en la historia, la
violencia criminal, domestica, sexual y finalmente sicológica a la que son
sometidos los personajes, de ahí que el titulo sea el preceptor para contemplar
la obra en su máxima expresión. Apelar al sentido de aquella exaltación del ser
por la destrucción, por la aniquilación del cuerpo como materia, y eso se
encuentra escrito con fuego en la historia de nuestra humanidad. Tradición
seria el apelativo para definir “una historia violenta”, en ese sentido, no
solo el comic proviene de una usanza “clásica” conectada al género del crimen,
con reminiscencias a las películas de Howard Hawks (Scarface -1932-) y Sam
Peckimpah (Straw Dog -1971-), sino que el tipo de dibujo que ocupa Vince Locke
(Sandman, American Freak) proviene también de una tradición de grafismos
explicito, saturado de líneas que fusionan los planos del paisaje con el resto
de los personajes, mucho más conectado a las historias de terror de EC comics a
finales de los cincuenta con artistas de la talla de Al Feldstein y George
Roussos, siendo imposible el catalogar en algún arquetipo especifico, tanto la
novela gráfica como el largometraje de por sí.
En la mayoría de las
adaptaciones de materiales externos, se corre el riesgo de que, por más pequeño
que sea el cambio, este puede afectar radicalmente el curso de la historia,
pero si la particularidad misma se conserva, el tipo de cambio se justifica
como medio para contar el relato de forma coherente. Más allá de los cambios de
nombre, escenario o la erradicación de los flashback de la novela, podemos dar
como punto de conexión entre los autores, que tanto Wagner como Cronemberg, son
conocidos por una caracterización extrema sobre los reglas (a) morales de sus
personajes. El modo de impartir justicia y respeto de Tom/Joey, es similar a
aquella fe ciega sobre el aparato de justicia futurista del icónico Juez Dredd
o justificación sobre el asesinato en masa en la mente de Harry Exton (Button
Man), al igual que los motivos de subversión del sexo y la tecnología en el
personaje de Jeff Goldblum en La Mosca (1986) o James Spader en Crash (1997).
Decisiones que muchas veces consideramos atrapadas bajo las nociones de bien y
mal, cuando en la realidad, sabemos en nuestro interior, que las variantes
entre ambos conceptos son los que dan cierta coherencia a nuestras acciones,
como puede ser el caso de una mentira o el alzamiento de nuestra voz frente
algún acto que no nos parece adecuado.
Comparativamente, la acción desarrollada en el
comics es proporcionalmente más rica en matices, la idea de Cronemberg de
desarrollar el relato sobre las posturas ideológicas dentro de las familias de
clase media norteamericana, da cierta lucidez, reflejando la intención del
director por un relato lineal, que concluyese de forma acelerada pero con
cierta lógica. En la novela gráfica, vemos con mucho más lujo de detalle lo que
ocurre alrededor de Tom/Joey, y al igual que dentro del género de la tragedia
(específicamente la griega), aquel destino del cual nuestro héroe desea escapar
a cualquier costo, es siempre encontrado, por más que intentemos escapar de
este, siempre se termina apareciendo.
El tema de problemas de
identidad no es solamente compartido por héroes que deben ocultar su verdadero
ser a aquellos que o rodea, también puede ocurrir aquello con los villanos,
pensemos en la cantidad de criminales de guerra nazi ocultos en Sudamérica o el
sistema de protección a testigos que alguna vez participaron en la conformaron
de conspiraciones criminales. A veces no hay otra opción que el empezar desde
las cenizas; con el constante temor de que aquello de lo cual veníamos escapando pueda (tarde o
temprano) alcanzarnos.
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