Reseñado por: Ash
“El
comic, de un modo u otro, es una vieja forma de arte. Se puede argumentar que
es una de las formas originales: podría decirse que es una de las primeras
formas de lenguaje, la utilización de una serie de ideogramas. Se le ha
reservado tradicionalmente para cubrir un área de entretenimiento barato,
juvenil. No hay nada malo en ello, pero una forma artística debería ser algo
más que eso.”
- Alan Moore
Resumen_ Si tuviese que realizar un paralelismo
histórico, diría que la aparición de MARVEL en la industria del comic, es lo
equivalente a la reforma protestante impulsada por Martín Lutero durante el S.
XVI, lo cual obviamente sentó las bases de una respuesta por parte de la
jerarquía dominante (la contrarreforma), en este caso, una reestructuración en
DC (DC Explotion, Bronze Age) ya había partido algunos años antes, dando origen
a nuevos conceptos. Si pensábamos que Marvel había logrado “adultez”, en verdad
no era más los primeros años de pubertad en comparación con lo que aparecería
en las siguientes dos décadas.
Podemos considerar algunos trazados hacia
donde iban las intenciones de los equipos creativos (una mayor exploración de
tópicos sociales, y sus problemáticas) para así conformar un universo más rico
en matices y creíble para la nueva generación de lectores. De esa búsqueda de
límites artísticos, nacerían duplas míticas en la industria como la de Denny
O’Neil / Neal Adams o Marv Wolfman / George Perez, ademas de Chris Claremont /
John Byrne, entre muchos otros. Pero si hay un personaje que se destaca entre
todos estos creadores, seria Alan Moore, que desde 1983 tomaría totalmente desprevenido las
intenciones del comic en general. Si ya en el 82 creo la primera distopía
generada por un superhéroe en la historia (Marvelman en Warrior Magazine UK),
su introducción en tierras norteamericana fundaría el verdadero nacimiento
contemporáneo en el noveno arte.
A diferencia de los autores de ese tiempo,
Moore no restaba importancia a los acontecimientos fantásticos para hacer
historias creíbles, sino que funcionaba estos recursos de ensueño con cortes
mundanos, el caso más abierto es Swamp Thing. A partir de su ya conocido
“Lección de Anatomía” (S.T. # 21) reconstruyendo el origen del personaje, y con
ello un nueva perspectiva de la perdida de humanidad en estos seres ficticios.
Entonces, el cómic no solo se vuelve
interesante en la medida que nuestros héroes favoritos se vuelven de carne y
hueso [1],
sino, que es lo que sucedería si en verdad existiesen en nuestra realidad. La
respuesta a esa pregunta fue la creación de WATCHMEN, incomprendida en sus
inicios, mal recibida por los equipos creativos y revalorada dentro de
instituciones de corte más academisistas. Somos testigos de la decontrucción completa
del superhéroe, de la parodia al auto análisis de una industria ya sobre
explotada por ese entonces. Tal fue la repercusión de WATCHMEN, que por vez
primera se entendió que la industria del cómic (norteamericano) podía ser entendida por personas superiores a
los 18 años, lo cual desprendió un nuevo mercado, con un abanico de
posibilidades sobre este tema.
[1] Y no me refiero al tan anhelado paso al
celuloide del cual ya estamos un poco más que agotados.
De esta época (finales de los ochenta), se
desprenden aceptaciones de estas piezas como “novelas gráficas” [2], con
la importancia del autor en cada detalle de la obra desde su historia,
desarrollo, hasta la conformación de los paneles, portadas, y en eso, WATCHMEN
genero escuela. Más tarde aparecerían obras de la talla de The Dark Knight
Return, V for Vendetta, al igual que
series más longevas como Black Orchid, The Sandman (Gaiman) , Animalman, Doom
Patrol, Kid Eternity (Morrison), Skreemer, Shade, The Changing Man (Milligan),
Hellblazer (Delano), por poner alguna de las series con amplio número de
seguidores y de buenas críticas, logrando expansión de este subgénero en la
creación de una línea editorial coherente con los intereses de estos autores
(la así llamada invasión británica). En ese sentido, DC lleva más de veinte
años explorando las distintas posibilidades del género, como un arte
secuencial, más allá de un simple pretexto de formación de dibujantes
superstars. Y si en los noventa Marvel saturaba el mercado por medio de
especulaciones financiera, manteniendo al lector/fanático promedio conforme, en
la compañía se creaba VERTIGO, editorial independiente donde el autor podía
confluir con este medio de distribución masiva, en sus propios términos y con
derecho sobre las historias y personajes creados. Preacher, The Book of Magic,
The Invisibles, 100 Bullets, Y The Last Man, Transmetropolitan, DMZ y Fables,
son algunas de las series de que han causado mayor impacto sobre el concepto de
comic book serie [3], colocando nombres como Azzarello, Ellis, Word, Ennis,
Nieber en el vocabulario de muchos, algo que más tarde aspiraría replicar MAX
pero mucho más focalizada en la reinterpretación que las posibilidades de
contar un relato.
[2] Hoy en día cualquier compilación de seis
historias puede ser llamado novela gráfica, otra sobre explotación por parte de
la industria.
[3] Un poco de eso se entiendo en la línea Dark
de los nuevos 52 títulos.
Finalmente todos sabemos que la creación
artística, siempre termina manipuladas por los intereses corporativos, y es ahí
donde considero que DC ha marcado diferencia en comparación con la abismante
especulación de MARVEL, aunque en estos momentos, por gente como Dan Didio y
Jim Lee[4],
esta situación se está emparejando indiscutiblemente…¡¡¡¡SI ESTAN PENSANDO SACAR
WATCHMEN 2!!!!!. Aunque sean capaces de auto sabotear al medio que les da de
comer, el verdadero legado de esta historia poco apreciada será siempre
recordado y entendido por el verdadero lector de comic, y no el simple fan
acérrimo…
[4] NI PERDON, NI OLVIDO!!!
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