lunes, 14 de noviembre de 2011

¿POR QUÉ DC Y NO MARVEL? – PARTE 5



Reseñado por: Ash


 “El comic, de un modo u otro, es una vieja forma de arte. Se puede argumentar que es una de las formas originales: podría decirse que es una de las primeras formas de lenguaje, la utilización de una serie de ideogramas. Se le ha reservado tradicionalmente para cubrir un área de entretenimiento barato, juvenil. No hay nada malo en ello, pero una forma artística debería ser algo más que eso.”

- Alan Moore


Resumen_ Si tuviese que realizar un paralelismo histórico, diría que la aparición de MARVEL en la industria del comic, es lo equivalente a la reforma protestante impulsada por Martín Lutero durante el S. XVI, lo cual obviamente sentó las bases de una respuesta por parte de la jerarquía dominante (la contrarreforma), en este caso, una reestructuración en DC (DC Explotion, Bronze Age) ya había partido algunos años antes, dando origen a nuevos conceptos. Si pensábamos que Marvel había logrado “adultez”, en verdad no era más los primeros años de pubertad en comparación con lo que aparecería en las siguientes dos décadas.




 Podemos considerar algunos trazados hacia donde iban las intenciones de los equipos creativos (una mayor exploración de tópicos sociales, y sus problemáticas) para así conformar un universo más rico en matices y creíble para la nueva generación de lectores. De esa búsqueda de límites artísticos, nacerían duplas míticas en la industria como la de Denny O’Neil / Neal Adams o Marv Wolfman / George Perez, ademas de Chris Claremont / John Byrne, entre muchos otros. Pero si hay un personaje que se destaca entre todos estos creadores, seria Alan Moore, que desde 1983  tomaría totalmente desprevenido las intenciones del comic en general. Si ya en el 82 creo la primera distopía generada por un superhéroe en la historia (Marvelman en Warrior Magazine UK), su introducción en tierras norteamericana fundaría el verdadero nacimiento contemporáneo en el noveno arte.




 A diferencia de los autores de ese tiempo, Moore no restaba importancia a los acontecimientos fantásticos para hacer historias creíbles, sino que funcionaba estos recursos de ensueño con cortes mundanos, el caso más abierto es Swamp Thing. A partir de su ya conocido “Lección de Anatomía” (S.T. # 21) reconstruyendo el origen del personaje, y con ello un nueva perspectiva de la perdida de humanidad en estos seres ficticios.




 Entonces, el cómic no solo se vuelve interesante en la medida que nuestros héroes favoritos se vuelven de carne y hueso [1], sino, que es lo que sucedería si en verdad existiesen en nuestra realidad. La respuesta a esa pregunta fue la creación de WATCHMEN, incomprendida en sus inicios, mal recibida por los equipos creativos y revalorada dentro de instituciones de corte más academisistas. Somos testigos de la decontrucción completa del superhéroe, de la parodia al auto análisis de una industria ya sobre explotada por ese entonces. Tal fue la repercusión de WATCHMEN, que por vez primera se entendió que la industria del cómic (norteamericano)  podía ser entendida por personas superiores a los 18 años, lo cual desprendió un nuevo mercado, con un abanico de posibilidades sobre este tema.

[1] Y no me refiero al tan anhelado paso al celuloide del cual ya estamos un poco más que agotados.




 De esta época (finales de los ochenta), se desprenden aceptaciones de estas piezas como “novelas gráficas” [2], con la importancia del autor en cada detalle de la obra desde su historia, desarrollo, hasta la conformación de los paneles, portadas, y en eso, WATCHMEN genero escuela. Más tarde aparecerían obras de la talla de The Dark Knight Return, V for Vendetta,  al igual que series más longevas como Black Orchid, The Sandman (Gaiman) , Animalman, Doom Patrol, Kid Eternity (Morrison), Skreemer, Shade, The Changing Man (Milligan), Hellblazer (Delano), por poner alguna de las series con amplio número de seguidores y de buenas críticas, logrando expansión de este subgénero en la creación de una línea editorial coherente con los intereses de estos autores (la así llamada invasión británica). En ese sentido, DC lleva más de veinte años explorando las distintas posibilidades del género, como un arte secuencial, más allá de un simple pretexto de formación de dibujantes superstars. Y si en los noventa Marvel saturaba el mercado por medio de especulaciones financiera, manteniendo al lector/fanático promedio conforme, en la compañía se creaba VERTIGO, editorial independiente donde el autor podía confluir con este medio de distribución masiva, en sus propios términos y con derecho sobre las historias y personajes creados. Preacher, The Book of Magic, The Invisibles, 100 Bullets, Y The Last Man, Transmetropolitan, DMZ y Fables, son algunas de las series de que han causado mayor impacto sobre el concepto de comic book serie [3], colocando nombres como Azzarello, Ellis, Word, Ennis, Nieber en el vocabulario de muchos, algo que más tarde aspiraría replicar MAX pero mucho más focalizada en la reinterpretación que las posibilidades de contar un relato.

[2] Hoy en día cualquier compilación de seis historias puede ser llamado novela gráfica, otra sobre explotación por parte de la industria.
[3] Un poco de eso se entiendo en la línea Dark de los nuevos 52 títulos.




 Finalmente todos sabemos que la creación artística, siempre termina manipuladas por los intereses corporativos, y es ahí donde considero que DC ha marcado diferencia en comparación con la abismante especulación de MARVEL, aunque en estos momentos, por gente como Dan Didio y Jim Lee[4], esta situación se está emparejando indiscutiblemente…¡¡¡¡SI ESTAN PENSANDO SACAR WATCHMEN 2!!!!!. Aunque sean capaces de auto sabotear al medio que les da de comer, el verdadero legado de esta historia poco apreciada será siempre recordado y entendido por el verdadero lector de comic, y no el simple fan acérrimo…

[4] NI PERDON, NI OLVIDO!!!

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