Reseñado por: JML
Edición original:
Batman: Three Jokers # 2 (Sep-2020)
Guión: Geoff Johns.
Arte: Jason Fabok.
Color: Brad Anderson.
Portadas: Jason Fabok.
La lectura sigue siendo sumamente recomendable. Considerando el enorme peso en base a las expectativas generadas, el próximo número sin duda que será trascendental.
Nota: 6,0.
Nota: 7,0.
En un callejón, Red Hood golpea a los secuaces del Joker para obligarlos a revelar donde escondieron los químicos robados. El último sujeto en pie se rehúsa a hablar por temor a la represalia del Joker. Pero gracias a los sensores de su máscara, Red Hood detecta en el sujeto rastros de cloro, lo cual le indica que trabajó como limpiador de piscinas.
Entretanto, Batman y Batgirl llegan a Blackgate, puesto que encontró huellas en el trofeo que fue usado para matar al juez Walls, y las mismas corresponden a Joe Chill. Chill se encuentra en la enfermería de la prisión. El asesino tiene cáncer etapa cuatro y ha estado en cama por semanas. Ante eso, Batman deduce que alguien sin identificar visitó a Chill para obtener sus huellas. Es cuando recibe una alerta de que Jason ingresó a la base de datos de la Bat-computadora para buscar una dirección donde posiblemente se esconde el enemigo.
Red Hood llega al edificio abandonado de la Asociación Atlética de Gotham city. Con sus armas listas se abre paso hasta la piscina comunal donde se lleva una desagradable sorpresa al encontrarla llena de cadáveres desnudos sumergidos en la toxina del Joker. Rápidamente aparecen los dos Jokers y lo toman como rehén, indicando que él es el candidato perfecto. Jason es desnudado y maniatado a una silla, donde el Criminal hace un repaso de los renacimientos que atravesó desde que conoció a Batman. Jason le grita furioso que cuando se libere lo asesinará igual que a su colega, pero el rostro del Criminal se contorsiona en una mueca de risa horripilante. Jason se aterra y el Criminal admite que reír duele mucho. Jason le pregunta si acaso él es el verdadero Joker, pero el Criminal responde que esa es una pregunta cuya respuesta no importa. Acto seguido, aparece el Comediante y le coloca su máscara de Red Hood pintarrajeado con una sonrisa. El Criminal revela que están buscando a alguien para reemplazar a su colega muerto y procede a preguntarle porqué escogió el nombre de Red Hood. Jason reitera que lo hizo como un chiste, pero el Criminal señala el parecido entre ellos, ya que después de sufrir un gran trauma sólo pueden encontrar alivio infringiéndole daño a otros. El Criminal también remarca que Jason odia a Batman tanto como ellos, por más que se niegue a admitirlo. Al final el Criminal establece que Jason no es material de calidad para convertirse en el siguiente Joker. De inmediato el Comediante saca una barreta y comienza a golpearlo en la cabeza.
Posteriormente, Batgirl y Batman irrumpen en el edificio para salvar a Jason, pero el lugar se llena de risas a medida que medio centenar de personas desnudas e infectadas copan todos los pasillos. Al volver la calma, Batman procede a buscar a Jason. Junto a Batgirl, se adentran en la zona de la piscina y encuentran una barreta manchada de rojo junto a una puerta marcada con sangre. En el interior dan con Jason molido a golpes y por un instante piensan que llegaron tarde, pero él se despierta enfurecido y les ordena no tocarlo. Jason dirige su rabia contra Batman por haberlo metido en esa vida que solo le ha causado dolor y sufrimiento. También aprovecha para confesarle su odio porque lo abandonó cuando más lo necesitó y no tardó en reemplazarlo con otro Robin. Barbara lo abraza y le dice que lo llevaran a un lugar seguro. Jason es llevado al departamento de Barbara, donde logra dormirse. Batman le indica a Barbara que debe marcharse para continuar investigando, pero ella le insiste en que debe quedarse para ayudar a Jason, quien lo necesita más que nunca. Pero Bruce replica que debe irse para evitar que el enemigo pueda hacerle a la ciudad lo mismo que con Jason.
Poco después, Jason despierta sin saber dónde está. Él comienza a revisar la habitación y encuentra la vieja silla de ruedas de Barbara, junto con varios libros sobre fisioterapia y un viejo calendario donde ella anotaba todas las sesiones a las que asistía para recuperar el movimiento de las piernas. Después de tomar una ducha, Barbara se aparece para comprobar si está bien; él le cuenta que nunca lo ha estado antes de admitir su temor de estar en camino a convertirse en otra versión del Joker, tal como el Criminal sugirió. Tras un momento de silencio, Jason pregunta porque conserva todos esos objetos de los años que pasó postrada, y Barbara revela que son recordatorios que le permiten valorar a las personas que la ayudaron a salir adelante y ver el lado positivo de su tragedia. Jason comenta que no tuvo su misma suerte. Barbara le contesta que eso se debió a que todos pensaron que había muerto, pero le asegura que de haber sabido, todos habrían estado a su lado para ayudarlo. Jason se conmueve por sus palabras y ambos, con lágrimas en los ojos, se toman de las manos y se besan. Barbara se separa al instante indicando que no debieron hacer eso, y que solo quería que él supiera que ella se preocupa por su bienestar. Al final deciden recomponerse para continuar con la investigación antes que los Jokers puedan herir a más personas.
En la Batcueva, Batman revisa sus archivos de casos sin resolver tratando de encontrar la diferencia entre los tres Jokers. De golpe repara en un dato que lo hace observar en un globo terráqueo a la región de Alaska. Por otra parte, la enfermería de Blackgate se incendia luego del asalto de los Jokers para llevarse a Joe Chill en ambulancia. El enfermo le pregunta al Comediante qué es lo que quiere, y este, tras colocarle su vieja boina, enciende una cámara y le ordena confesarle al mundo la verdadera razón por la que mató a Thomas y Martha Wayne...
CONTINUARÁ…
Nota: 6,0.
Interesantísimo cliffhanger. ¿Qué propósito de fondo tuvo Joe Chill para asesinar a los Wayne?, y ¿Cuál es el involucramiento de los Jokers en ello?... En lo personal, espero que Johns no la pifie en la entrega final. No pido mucho, sólo un cierre digno, a la altura de las circunstancias.
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