FLASHPOINT # 5 (DE 5) – DC COMICS

Reseñado por: Ash

Edición original: Flashpoint # 5 (Ago-2011)

Guión: Geoff Johns.

Dibujo: Andy Kubert.

Tintas: Sandra Hope.

Portada: Andy Kubert.

“Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas”.

Jorge Luis Borges.

Resumen_ ¿Cuál sería la mayor diferencia entre Flashpoint con el resto de las mega crisis o reboots a los que nos tienen acostumbrados como lectores?... Como toda comparación, esta puede ser odiosa pero necesaria, y algunas de estas diferencias se pueden encontrar en pequeños detalles, en conceptos y acercamientos a la trama, que si bien pueden ser unas vueltas de tuercas interesantes, no lo alcanzan a ser como para decir que esta conclusión haya sido de lo más espectacular o siquiera creíble dentro del canon del comic.

 La gran intriga de esta serie limitada (de cinco números), era resolver quien había sido el responsable de tal alteración a la realidad, mientras que esta misma se encontraba a riesgo de su completa aniquilación, entre dos deidades, y el único vestigio de aquel antiguo universo debe hacerse cargo de esta situación. ¿Cómo resolverlo?, buscando todo rastro (por mas radicalmente diferente que sea) del mundo que conocía. Si algo va a dejar Flashpoint en los anales de las crisis siderales del comic, serán sus particulares consumaciones de los hechos, todos cargados con un aire de evocación e impotencia de los héroes al darse cuenta que todo sería distinto si no fuese por aquel villano que ha logrado alterar la realidad, y cuan imposible puede ser escapar de las acciones que realizamos. Es de esta forma descubrimos que las fatalidades de esta nueva realidad fueron provocadas por un sujeto incapaz de asimilar la muerte de su madre, que el verdadero responsable de estas alteraciones no ha sido el Profesor Zoom, sino que su némesis, Flash. Un recurso trivial, anecdótico.

 En la mayoría de estos acontecimientos, las revelaciones más calamitosas ocurren a minutos de una apoteósica batalla, y este número no es la excepción. Somos testigos, al igual que nuestro protagonista, del verdadero gatillador de esta realidad alterna. Flash no solamente ha sido el único ser con recuerdos del anterior universo, sino que ha sido él mismo el causante de tal cambio. Al darse cuenta de aquello desea revertirlo de la misma forma que lo ha ocasionado, o sea, retrocediendo en el tiempo, y evitar que el mismo realice tal operación tan determinante, sin que aquello provoque la coalición de líneas temporales y emerja un nuevo universo entre distintas tierras de forma fugas y aleatoria, explicado por un ser cósmico de por medio. De los residuos dejados, emerge algo nuevo y brillante…es cosa de fijarse en los nuevos disfraces.

 Durante los últimos 26 años la expresión crisis ha inundado el vocabulario del lector, desde las tierras infinitas hasta la final, pasando por Hora cero y cuanta otra cosa con nombres rimbombante se nos ha cruzado, donde hay una alusión al punto de no retorno en todas las páginas de lectura, pero la historia del arte es un ir y venir de conceptos que van readaptándose con el paso del tiempo, y el comic no es la excepción. Comparar el trabajo que hizo Marv Wolfman / George Pérez en 1985 versus lo que hizo Geoff Johns / Andy Kubert estos últimos meses, parece un cierto retroceso, no en el apartado gráfico, sino en todo lo demás. La cantidad de detalles, la estructuración de las viñetas, el total de acción contada en poco espacio es realmente soberbia, es la capilla sixtina del comic de superhéroe. Mientras que en Flashpoint son sólo grandes pinceladas y dos páginas completas para mostrar un exceso de detalle en personajes de relleno que simplemente no lo necesitan y se encuentran puestos allí para complacer a cierto tipo de fanático, además de un dibujo rápido y efectivo.

 El guión y la estructuración visual puede pertenecer a una nueva corriente dentro de las viñetas del comic superheroico, deudora de gente como Michael Bay, James Cameron o Louis Leterrier que en estos años han invadido las salas de cine con una acción lúdica que desborda al espectador. De esta forma, siento que gente como Jim Lee, Geoff Johns y Joe Quesada, plagian ese mundo 3D con complacencia al espectador; estamos tan absorbidos por la industria cultural que repetiremos la  misma fórmula pero en papel brillante y con onomatopeyas cada dos páginas.

 Con esto no quiero decir que la historia no sea lúdica; entretiene y se pasa bien, pero no es capaz de armar una conclusión potente, sino más bien obvia, se nos deja una resolución abierta en el número anterior solamente para ser resuelto en las primeras páginas del siguiente. Cero esfuerzo por entramar uno mismo los hechos acá presentados y desmedido en la acción de los personajes, también esa parte es media ambigua, por ejemplo, cuando aparece Superman del cielo y decide aplastar a Encantadora, lo que vemos saltar es una especie de ectoplasma verdoso, cuando esa misma escena pudo haber sido potenciada con una particular dosis de gore, lo cual lleva al quiebre de este Superman con el de la línea temporal que conocemos.

 Tampoco hay un propósito profundo, un antes y un después en el resultado de esta ficción más que la intención de rejuvenecimiento de los personajes emblemáticos de DC, el cual no es tan hondo tampoco. No por un simple cambio de vestuario o una actitud joven, pero igual de paternalista. No crean que todos los lectores de historietas nos tragaremos cualquier cosas que se nos coloque de frente con tal de vender más. el epilogo de la historia me pareció complaciente y con error de carácter temporal ¿Cómo es posible que el traje de Barry Allen haya cambiado al igual que el universo, pero la carta que Thomas Wayne le ha entregado no se haya desintegrado durante el viaje?, y la conversación de Batman en la batcueva hace real mi temor de que el caballero oscuro de este nuevo universo sea menos oscuro, cualquier otra encarnación del murciélago hubiese recriminado a cualquier héroe por entrar de esa forma a su refugio he interrogado por la información que se lea ha entregado. Un pequeño detalle, sí, pero son estos los que indican al fiel lector si lo que se está haciendo, se está haciendo bien o mal.

 PD: Para terminar y homenajeando a mi mentor…Nota final: 5,0.