Reseñado por: JML
Edición original: Marvel Legacy # 1 (Sep-2017)
Guión: Jason Aaron.
Arte: Esad Ribic, Steve
McNiven.
Color: Matthew Wilson.
Arte adicional:
Chris Samnee. Russell Dauterman, Alex Maleev, Ed McGuinness, Stuart Immonen,
Wade Von Grawbadger, Pepe Larraz, Jim Cheung, Daniel Acuña, Greg Land, Jay
Leisten, Mike Deodato Jr., David Marquez.
Portada: Joe Quesada.
Legado.
Una palabra que desde hace años estaba siendo esquiva en Marvel. Por
diversos motivos, tanto editoriales
como económicos, inclusive fílmicos, el legado pasó a un segundo
plano en sus publicaciones. Una carencia
que se fue haciendo más notoria al paso del tiempo, inflándose como una bomba de tiempo lista a explotar, alimentándose
de mala crítica y por sobre todo aficionados desencantados.
Para hablar del legado hay que rememorar la historia. Los primeros
personajes de este universo vieron la luz a partir del clásico ejemplar Marvel comics # 1 (1939) de la
editorial Timely. Personajes como Namor, la Antorcha Humana original o el Capitán
América vieron la luz ante el éxito que previamente había tenido Superman en el mítico Action comics # 1 (1938). Sin embargo, a
diferencia de los personajes de la Distinguida Competencia, estos personajes cayeron en un limbo tras unos cuantos
años de publicación. Fue hasta inicios de los años ’60 en que nuevamente
reaccionando ante un éxito de la Distinguida Competencia, la Liga de la Justicia, se le encomendó la
tarea a Stan Lee de crear un comic de similares características.
El encargo terminó convirtiéndose en Los
4 Fantásticos, siendo su primer comic publicado a finales de 1961. El éxito fue inmediato, el
aficionado reaccionó ante héroes
distintos, más cercanos a la hora de intercalar
ciertos toques de realismo dentro de la ficción. Pero lo más importante fue
que el comic Fantastic Four # 1 se
consagró como la piedra fundacional del
ahora rebautizado Marvel comics.
Tras este importante primer paso, los éxitos se sucedieron uno tras otro
con personajes como Hulk, Spider-man, los Vengadores, los X-men, Daredevil y un largo etcétera. La fórmula ganadora de presentarnos a personajes más humanizados y con problemas
cotidianos se volvió un sello patente de Marvel, que pasó a hacerse
conocida con el ápodo de la Casa de las
ideas. En cuestión de unos cuantos años, Marvel superó ampliamente a su Distinguida Competencia dándose el
caso que en cierto modo DC intentó “Marvelizar” a sus personajes. Algo que
comenzó a convertirse en una simbiótica
relación entre las dos grandes editoriales, con una reaccionando ante el
éxito de la otra.
Acercándonos más al presente, tras superar una bancarrota a mediados de
los años ’90 y logrando una estabilidad
económica como nunca antes tras pasar a ser parte del conglomerado Disney en 2009, Marvel parecía reinar cómodamente, más aun logrando un éxito
fílmico sin precedentes con el Marvel
Cinematic Universe, un medio con el que se logró hacer aún más conocidos a
muchos de sus personajes ante un público mucho más masivo que el que tan sólo lee
comics. Ante la comodidad del éxito,
y la maquinaria de billetes funcionando de maravilla, Marvel comenzó a crear un sistema muy jodido para el aficionado,
por un lado ofreciendo un evento
editorial tras otro, y por otro con las constantes re enumeraciones de sus títulos más emblemáticos.
Después de todo, un nuevo número uno
siempre vende bien.
Volviendo al punto de la simbiótica relación
entre Marvel y DC, la Distinguida
Competencia no se durmió en los laureles y decidió reformular toda su línea editorial en 2011 con un reboot masivo
de su universo como nunca antes se había hecho. New 52 fue un total éxito de
ventas en sus primeros meses, desbancando
a Marvel de su cómodo reinado por primera vez en años.
Rápidamente Marvel reaccionó y al año
siguiente en 2012 nos ofrecieron la
iniciativa Marvel Now!, que si bien
no fue un reboot nos presentó algunos cambios
drásticos en los principales personajes y una amplia gama de nuevos números uno. No conformes con ello, empezaron a tratar a sus comics tal cuál fuesen temporadas de serie de TV. A
Marvel Now! le siguieron iniciativas como All-New
Marvel Now! o Avengers Now!,
cada cual con más nuevos números uno.
Y peor aún, personajes emblemáticos como el Capitán América, Iron man,
Thor o Hulk fueron reemplazados
siguiendo un afán integracionista, ya sea con personajes de otras razas,
etnias e inclusive de género. El descontento
general del aficionado ante estas nuevas medidas seguía creciendo mientras Marvel aún no caía en cuenta de ello.
En 2015
se dieron las Secret Wars, un evento formulado
para ordenar la casa. Entre otras
cosas, se eliminó el universo Ultimate,
borraron a los 4 Fantásticos del mapa
– por sus disputas con Fox, sin duda –
y quedó establecida una sola tierra
principal. A pesar de lo gozador que fue el evento, a los pocos meses quedó
establecido que más que ordenada, la
casa quedó bastante desordenada.
En la vereda de enfrente, la Distinguida Competencia cayó en cuenta de los errores cometidos
con los nefastos New 52 y para 2016
volvieron a reformular su línea editorial con DC rebirth, iniciativa dispuesta a recuperar su legado, todo lo que se había perdido. La iniciativa
fue un éxito aún más rotundo con
aclamación universal por parte de los aficionados como de la crítica
especializada. Y aquí llegamos al punto… Marvel
no se ha querido quedar abajo del tren y convenientemente un año después nos
ofrecen su propia vuelta al legado con Marvel Legacy.
Tras esta larga introducción para ponernos en
contexto, puedo decir que Marvel Legacy
# 1 cumple su objetivo. Dejando de lado las comparaciones y puntos en
común entre este comic y el DC universe rebirth # 1 – que de por sí hay
bastantes -, en el contexto de todo
lo que venía haciéndose mal en el universo Marvel, Jason Aaron saca esta carta ganadora que nos encamina a volver a abrazar el legado editorial de la Casa de
las ideas.
La narrativa comienza con un suceso ocurrido un millón de años atrás donde un primigenio grupo de Vengadores
integrado por Odín, Phoenix, Iron Fist, Ghost Rider, Agamotto, Black Panther y Starbrand
combatieron a un Celestial que sigue
oculto hasta nuestros días en Sudáfrica.
Este es sólo el primero de un grupo de misterios
y nuevas situaciones que recién da
comienzo en esta vuelta al legado…
Nota:
7,0 (Chile) / 10 de 10 (Global).
Hay bastantes detalles interesantes de este
comic que le da una dimensión de suma
importancia, de cuasi clásico
instantáneo, de cara al futuro
inmediato del universo Marvel.
No quiero destripar mucho más de la trama,
para que puedas leer y disfrutar este
ejemplar como es debido. Sólo diré que para comenzar de buen modo a recuperar el legado se produce el
bullado regreso del personaje que es el
mejor en lo que hace, así como la promesa de un pronto y fantástico regreso de otros personajes.
Marvel
Legacy # 1 es un comic sumamente
recomendable, prácticamente imprescindible
para el fan Marvelita. Ciertamente emotivo
para quienes llevamos un buen tiempo leyendo comics de la editorial y nos
habíamos tragado variadas decepciones. Un solvente
primer paso para volver a ser dignos del ápodo de Casa de las ideas.
Apelando
al legado se puede construir un futuro aún mejor, algo de lo que no hay
duda y queda ratificado una vez más. La
inmediatez no supera a la experiencia. El legado hay que ganárselo… y más
importante no rehuir de él. Esperemos
que Marvel Legacy sea más que lindos regresos
a las numeraciones originales, que sea un
período plagado de buenas historias…
Como es usual en el caso de comics tan trascendentales, como en
esta ocasión, he variado mi esquema habitual de reseñas. Espero este artículo
hay sido de tu agrado. Un artículo en que más que desglosar el comic he querido rememorar la historia y transmitir la importancia del legado.
Más aún en un comic que debes leer sí o sí.
Antes de despedirme, como siempre agradecimientos al apoyo material de los amigos de The Lax Project, los mejores en lo que hacen. Y desde luego agradecimientos a nuestros habituales lectores. Para quienes nos visitan por primera vez, quedan cordialmente invitados a seguirnos por nuestras redes sociales, en Facebook o Twitter.
Nos leemos en una próxima ocasión, saludos.
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