Reseñado por: JML
Edición original: Mortal Kombat: Blood and
Thunder # 4 (Oct-1994)
Guión: Charles Marshall.
Dibujo: Patrick Rolo.
Tintas: Richard Emond, Larry Welch.
Color: Scott Sava, Violet Hues, Janice Wismar.
Portada: Patrick Rolo.
Guión: Llegando a esta cuarta entrega de Mortal
Kombat: Blood and Thunder, los personajes protagonistas están dispersos en Outworld mientras Shang Tsung debe lidiar con la misteriosa
desaparición de su sirviente, Goro.
Tal como en los números previos, la narrativa no pretende ser profunda ni
sofisticada. Tan sólo brindar los elementos
necesarios para divertir en
particular a los fanáticos de los
videojuegos, expandiendo la incipiente
mitología de Mortal Kombat al
ofrecer mayores detalles de fondo
respecto a lo visto en las dos primeras
entregas del videojuego que habían aparecido hasta aquellas fechas.
Mortal Kombat era todo un fenómeno de ventas, y todos sus productos relacionados eran bastante apetecidos. Respecto a estos cómics, como he dicho en ocasiones anteriores, estaban bien para la época en que se publicaron. ¿Podrían haber sido mejores?... Claramente que sí, pero entendiendo que había que moverse rápido para seguir exprimiendo a la gallina de los huevos de oro, hay que comprender que Charles Marshall hizo lo que pudo con los elementos a su favor. Hoy en día puede resultar una lectura anecdótica, al menos entretiene.
Nota: 5,0.
Arte: El
arte de Patrick Rolo se mantiene en la línea de trabajo de los
números previos, muy vistoso y dinámico, al más puro estilo de
los años ’90. Eso sí, tal como sucede con la narrativa, da la impresión
de que con algo más de tiempo y dedicación podría haber sido mucho mejor.
Pero, en definitiva, es lo que hay…
Nota: 5,0.
Mortal Kombat era todo un fenómeno de ventas, y todos sus productos relacionados eran bastante apetecidos. Respecto a estos cómics, como he dicho en ocasiones anteriores, estaban bien para la época en que se publicaron. ¿Podrían haber sido mejores?... Claramente que sí, pero entendiendo que había que moverse rápido para seguir exprimiendo a la gallina de los huevos de oro, hay que comprender que Charles Marshall hizo lo que pudo con los elementos a su favor. Hoy en día puede resultar una lectura anecdótica, al menos entretiene.
Nota: 5,0.
Nota: 5,0.
Johnny Cage se encuentra en una región extraña de Ouworld, donde es atacado dos personas púrpuras, pero luego les da una doble patada. Sonya aparece y les da la orden a los guardias púrpuras de atacar a Johnny Cage porque le dio un beso en la mejilla. Sonya le da una patada y cuando está a punto de matar a Cage, la verdadera Sonya aparece, le tira una piedra y comienzan a pelear, mientras que Johnny sigue confundido tratando de averiguar quién es la verdadera Sonya y quién es la impostora. Los guardias púrpuras sostienen a Johnny y a Sonya para que la reina de su tribu les dé un beso de la muerte, pero ambos se liberan y los que terminan muertos son los mismos guardias púrpuras. Es entonces que Johnny y Sonya le dan una patada voladora a la impostora, y luego se van.
En el Bosque viviente, Kano está rompiendo árboles y no para de decirle "chico" a Liu Kang. Este le responde diciendo que su nombre no es "chico"... es Liu Kang. Kano es sarcástico y Liu se mofa de Kano tirándole una rama en la cabeza, Kano comienza a irritarse y cuando Liu Kang le responde se encuentra con el libro Tao Te Zhan que Kano robó, Liu está a punto de abrir el libro, pero Kano no se lo permite diciendo que es propiedad de él, así Liu le da una patada y abre el libro y dice la palabra clave, el Tao Te Zhan comienza a brillar, cosa que sorprende a Kano. Es cuando aparece Scorpion, quien usa su arpón para robarles el libro...
Nota: 5,0.
Valga mencionar que, si bien no son obras maestras, ni siquiera son considerados cómics canónicos, los cómics de Mortal Kombat que editó Malibu son muy apetecidos por los coleccionistas de la franquicia hoy en día. Malibu tuvo la licencia por un corto período de tiempo; en total fueron menos de una treintena de cómics relacionados que alcanzaron a publicar. Por lo mismo, no son muy abundantes, y, por ende, bastante codiciados…
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