Reseñado por: Ash
Edición original:
Resurrection man # 1 (Sept-2011)
Guión: Dan Abnett &
Andy Lanning.
Dibujo: Fernando Dagnino.
Color: Santi Arcas.
“Lo que demuestran los cementerios, al menos
a las personas como yo, no es que los muertos estén presentes, sino que ya se
han ido. Ellos se han ido y nosotros, por el momento, aquí estamos. Esto es
fundamental y, por inaceptable que resulte, muy fácil de entender”.
–
Phillip Roth, Patrimonio
Resumen_ Considero que en el mundo actual y todo lo
que conlleva la palabra “spoiler”, el encontrarse sorprendido, puede ser más
gratificante que ser el primero en enterarse. Es por esta razón que mi
conocimiento he investigación sobre este personaje nacido a finales del siglo
XX, se centró en el comic y todo aquello que sucedía en el número uno,
manteniendo mi mente en blanco y partir la reseña con todo aquello que se me es
entregado en las 22 páginas del comic book.
Si bien, Resurrection man no parece ser un
personaje convencional dentro del comic de tiraje masivo Estadounidense, la
forma que se ocupa de introducirnos a sus aventuras, ciertamente lo es. Cuando
hablamos de un ser con la capacidad/maldición de nunca permanecer muerto,
automáticamente se nos conduce a la tradición mitológica del castigo eterno y
de la incapacidad humana de escribir su propio destino. Prometeo y Sísifo son
claros ejemplos de esa pugna entre lo mortal y lo divino. Ahora, lo que se
encuentra en tela de juicio, no es las referencias a la tragedia griega, sino,
cual es el verdadero aporte que nos puede dejar tal personaje, en un panteón de
seres donde la muerte es tan manejable como el curarse una cortada con la afeitadora
[1].
Acá, la muerte se convierte en el sacrificio que termina siendo recompensado
con la aparición de un poder, nunca entendiendo del todo, el porqué de aquel
acontecimiento.
[1] Sino, veamos los ejemplos: Hal Jordan,
Oliver Queen; Jason Todd, Tía May, Bucky, etc…
Siempre sabemos cuándo el fin esta próximo,
pero en el caso de Mitch Shelley, este no es más que un mero trámite para
desplegar su potencial como ser indestructible. Al igual que la Cosa del Pantano de Snyder / Paquette y el Animal Man de Lemire / Foreman, podemos ver como estos títulos van irrumpiendo
en la verdadera potencialidad suprema del ser humano frente a las leyes de la
naturaleza, ahora es el turno de la encarnación temporal de habilidades que
puedan ser comparadas con cualquiera de los personajes más poderosos del
universo (DC), irrumpiendo en la verdadera potencialidad suprema del ser humano
frente a las leyes de la naturaleza.
Este número de relanzamiento, a diferencia de
otros que he podido leer durante este mes, contiene tintes dramáticos y una
aproximación al dibujo, con una perspectiva mucho más cinematográfica, el close
up que vamos observando en la morgue del hospital, o el paneo al interior del
avión con cada uno de los pasajeros, son precisos y descriptivos, tomando
verdadera potencialidad en la culminación de la historia, pero es en el guión
de la historia, donde vemos falencia, no en el sentido de una historia sin pies
ni cabeza, más bien se sienten ideas mal aprovechadas como el exceso de empatía
que va teniendo el protagonista con su alrededor (narrados todos en voz en
off), o el sello distintivo de las marcas en la cara a esta raza de seres
demoníacos, al igual que el final forzoso con cameo de Madame Xanadu incluido.
No sé si fue a propósito, pero en menos de un
mes vemos este comic y el número uno de Grifter, con tramas calcadas, personaje un tanto amnésico, seres
infiltrados en la raza humana (extraterrestres en un caso y demonios en el
otro), lucha dentro de un avión, y una persecución debido a la información que
puedan manejar tales personajes; ¿falta de creatividad, o acaso las batallas
dentro de los aviones comerciales son lugar común hoy en día?, preguntas que
quizás no se respondan ni siquiera cuando se haya terminado este arco
narrativo.
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