Reseñado por: Ash
Edición original: Hellblazer # 300 (Marzo 2013) / Constantine # 1
(Marzo 2013)
Guión: Peter Milligan / Jeff Lemire & RayFawkes
Dibujo: Giuseppe Camuncoli / Renato Guedes
Tintas: Stefano Landini/ Marcelo Maiolo
Portada: Gregory Lockard /Ivan Reis, Joe Prado & Rod
Reis
“Y, a pesar que ahora muerto esta, ¿qué nos queda, sino continuar velándolo? Nuestras vidas le conmemorarán. Nuestros espíritus no se romperán. Seguiremos su diseño místico y la fe mantendremos – del Magus Constantine en su resplandeciente futuro nos cobijaremos”...
Resumen_ Para ser
verdaderamente honesto, tengo sentimientos encontrados con la política
realizada por DC y las series por las cuales este articulo se realiza, por un
lado era cierto que la serie insignia de Vertigo se sentía un tanto gastada
después de más de 20 años, pero aún así la decisión de un momento cancelarla,
siendo que el editor en jefe ya había dicho en más de una oportunidad que tal
cosa no sucedería, pero la intención de reintroducir a Constantine en el
Universo DC, con todos los aspectos negativos de por medio, llamaba
intensamente mi atención como lector del medio, y como dice la canción de los
Smashing Pumpkins “el fin es el principio es el fin”, y ambos pasos serán
analizados a continuación.
Primero,
estas dos historietas no están realizada con la intención de contar un relato
desde cero, para uno será necesario el arco argumental que se desarrolla en ya
varios números, y para el otro ya hay que tener un poco de conocimiento de
quien rayos es ese sujeto que se viste de detective, que supuestamente es un
mago , pero que los grandes conjuros que pronuncia no son más que truculencias
bien habladas.
Con
eso ya dicho, vamos al desarrollo mismo del relato. En el numero final de
Hellblazer se agradece que Milligan no haya decidido hacer una despedida típica
lleno de flashbacks, apariciones de TODOS los secundarios y demasiada
exposición de la trama, como no solo el comic sino la televisión nos tiene
acostumbrado en estos momentos; aunque claro, con este dejado de lado se
extraña el poder ver la resolución de algún otro personaje que no tenga la
inicial C en su apellido, además de comeos que fueron puestos más que nada para
sacar una sonrisa al fanático más incondicional. Mientras que en el otro
extremo Constantine (el comic) para ser un numero 1, la planificación de sus
“tres actos” es demasiado breve para aquellos que se van informando sobre la
leyenda del Magus, además de esa obsesión de TODOS los números 1 de RECORDAR al
lector que estamos en un mundo plagado de SUPERHEROES, ¿no será un tanto obvio
a esta altura del partido?, y pensar que son dos guionistas, los dos bastante
competentes, pero se nota el trabajo un tanto apresurado por llegar a tiempo
con el pedido.
El
hilo conductor eso si, es uno de los legados clásicos del protagonista, el es
su archiconocida capacidad por destruir cualquier tipo de relación ya se de
corte familiar (HB#300) o de manipulación de un pobre diablo quien lo consideraba
su amigo (C#1), aunque de una forma un poco más fría en el segundo que en el
primero, tal vez sea por el hecho de que todo autor anterior de la serie de
vértigo se a preocupado de mostrar el crecimiento emocional que va teniendo el
mago oriundo de Liverpool a medida que se va haciendo más viejo.
Y
mientras la diferencia del guion va por una historia más cargada a emociones y
el otro por el pensamiento interior, el apartado grafico es deudor de ambas
intenciones. Los estilos de Camuncoli y Guedes distintos en la superficie,
logran el cometido de expresar de forma creíble a cada uno de los personajes
que van desbordando las viñetas, en especial cuando es necesario romper alguna
que otra regla de composición. Uno con un tono de líneas más simples y el otro
más expresionista, que terminas potenciándose por la gama de colores cargada
mucho más hacia los pasteles y tierras, algo poco inusual para un comic con una
carga tan grande hacia el terror, pero que rompe con ese esquema visto más de
alguna vez.
Podría
utilizar otra cita para finalizar el articula como…”todo lo que inicia debe
terminar” o “todo principio tiene un fin” para decir que la conclusión de
Hellblazer era algo que no veía venir en tan poco tiempo y que incluso me lo
imaginaba bastante distinto de lo que terminó siendo [1], puedo decir que el
viaje fue lo bastante agradable, lo suficiente como para desearle a la serie
substituta el éxito que ha sido tan escaso con el personaje en el ultimo
tiempo. Fumemos y tomemos en algún bar de mala muerte para despedir al mago de
clase obrera, salud, adiós y amen.
[1]
Un final guionizado por Alan Moore, su
creador y dibujado por alguno de los pesos pesados como Dillon, Mckenna o
Manco.
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