Reseñado por: JML
Edición original: Detective comics # 571 (Feb-1987)
Guión: Mike W. Barr.
Dibujo: Alan Davis.
Tintas:
Paul Neary.
Color: Adrienne
Roy.
Portada: Alan Davis.
Guión: Este número de Detective comics nos presentaba
lo que parecía ser un típico enfrentamiento entre Batman y Robin
en contra del Espantapájaros. Sin embargo, Mike W. Barr le da un interesante
giro a la tradición. En lugar de utilizar su típica toxina del miedo,
el villano crea un gas que inhibe el miedo, con el cuál chantajea
a diversos deportistas que comienzan a fracasar luego de perder esa pizca
del factor de miedo que los hace tan buenos en sus disciplinas. Como es
menester, Batman deduce la trama de extorsión del villano y comienza a
trabajar con Robin para hacer algo al respecto. Lamentablemente, Jason
Todd cae prisionero, y Batman, bajo el efecto de la nueva toxina
del Espantapájaros debe rescatarlo.
Una lectura agradable, un cómic que aún
se sentía en el contexto de transición en el comienzo del período post-Crisis,
con una estructura bastante clásica para su relato mientras comenzaban
a agitarse los vientos de cambio en la serie hermana de Batman con
el trabajo de Frank Miller en la trascendental Batman: Año Uno.
Nota: 6,0.
Arte: Como era habitual, Alan Davis en compañía de
su fiel compañero Paul Neary nos ofrecían un cómic visualmente
prolijo, de trazo limpio y seguro. En lo particular, la versión
del Espantapájaros ilustrada por Davis luce espeluznante e
inspira aversión en sus contorsionadas poses. Las secuencias de
acción siempre bien planteadas demostrando toda la plasticidad
del experimentado Batman a la hora de combatir al crimen.
Alan Davis es uno de mis ilustradores favoritos
de todos los tiempos, siempre es un gusto re visionar sus trabajos
clásicos.
Nota: 6,0.
Portada: Alan Davis.
Nota: 6,0.
Nota: 6,0.
Robin espera en el hospital a que el Espantapájaros aparezca. El villano llega para extorsionar a Hogan por dinero. Explica que su nueva toxina en realidad elimina el miedo del cerebro. Ha estado engañando a los atletas para que la compren como un potenciador del rendimiento y luego les cobra 50 mil dólares cuando le ruegan por el antídoto. Robin se lanza a atacar al Espantapájaros, pero este lo golpea con una dosis de la toxina del miedo estándar. Robin alucina una visión de Batman muriendo, lo que le permite al villano secuestrarlo en un saco. El Espantapájaros desafía a Hogan a ver si puede sobrevivir saltando por la ventana, y Hogan salta felizmente hacia su muerte.
Batman deduce que el Espantapájaros tiene a Robin retenido en una fábrica llamada Atlas Concrete. El Espantapájaros lo hace pasar por una serie de trampas mortales. Batman lucha por mantenerse bajo control, ya que la droga lo hace querer ignorar el peligro y presumir. Se escabulle entre una serie de camiones enviados para atropellarlo y entra al almacén haciendo estallar una trituradora de metal con su cinturón de herramientas. En el pasillo, una rueda rodante cubierta de púas lo persigue hasta un pozo. Cuando se sumerge en el agua, aparecen ametralladoras de las paredes y disparan durante diez minutos seguidos. El Espantapájaros se jacta ante Robin de que Batman debe ser asesinado a tiros o ahogado, ya que nadie podría sobrevivir 10 minutos bajo el agua. Batman irrumpe por la puerta. El Espantapájaros le pregunta cómo pudo haber sobrevivido, y Batman le responde que nunca lo sabrá y luego lo deja inconsciente de un puñetazo. Batman le explica a Robin que atrapó algo de aire en los pliegues de su capa y lo usó para respirar bajo el agua durante diez minutos. Robin le pregunta cómo pudo Batman haber superado los efectos de la droga, y Batman le explica que reemplazó los miedos que faltaban con el miedo más grande que podía imaginar. Robin le pregunta qué era eso, y Batman le responde que tal vez algún día se lo diga. Batman imaginó la posible muerte de Robin…
Nota: 6,0.
Un par de detalles que me han quedado latentes cada vez que leo este cómic; Batman con la toxina inhibidora del miedo es prácticamente como el Daredevil de la Maravillosa Competencia. Y, por otro lado, la ironía del final planteando el peor miedo de Batman, la muerte de Jason Todd, un hecho que efectivamente terminaría ocurriendo meses después en la ya legendaria historia “Una muerte en la familia”.
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