Reseñado por: JML
Edición
original: The
Flash # 73 (Jun-2019)
Guión:
Joshua
Williamson.
Arte: Howard Porter.
Color: Hi-Fi.
Portadas: Howard Porter, Evan “Doc”
Shaner.
Guión: Llegamos a la cuarta parte de Flash: Año Uno, revisitando la mitología del velocista escarlata en
este ciclo presente / futuro que se
ha formado a causa de su primer enfrentamiento con Tortuga en ambas épocas. Todo parece predestinado para la
eventual victoria de Tortuga, quien fiel a su nombre, no tiene ningún apuro sabiendo que tarde o temprano terminará por ganar.
Y con un aún novato Flash, los errores estratégicos están a la orden
del día.
Sin duda que esta es de esas aventuras que
crean paradojas temporales y dolores de cabeza, que esperemos Joshua Williamson sepa resolver
solventemente en las dos entregas que nos quedan por delante.
Nota: 5,0.
Arte: Howard Porter está algo más flojo
que en las entregas anteriores de esta historia, pero en líneas generales
entrega un buen espectáculo visual. El remozado origen de Tortuga es
bien plasmado, planteándose como una antitesis de lo sucedido al
mismo Flash. Algo que resulta interesante, considerando que un personaje
de esta índole debería ser el verdadero némesis del velocista escarlata.
Nota: 5,0.
Historia: La bala que alcanzó a
Barry está cerca de su corazón. Con cada latido se acerca más. Debe sacarla
pronto o morirá. Para empeorar las cosas, Iris aparece en su puerta. Barry no
tiene más remedio que vibrar su mano para sacar la bala. Tras lograr su
cometido y recuperarse a súper velocidad, le abre la puerta a Iris, quien le ha
contado lo que sucedió. Ambos comparten un dulce beso.
Barry recuerda el pasado, cuando su padre fue
culpado por el asesinato de su madre y encerrado en la penitenciaria de Iron
Heights de por vida. Todos le creyeron culpable, excepto él. Eso fue lo que lo
motivó a convertirse en un policía forense. En una de las visitas semanales a
su padre en Iron Heights, Barry aprovechó de chequear a Tortuga, aún inseguro
del hecho de haber prevenido el futuro que vio previamente.
Cuando Barry visita a Tortuga con la excusa de
tomar sus huellas dactilares, este le cuenta su historia de origen. Un hombre
de familia felizmente casado, que sufrió de un experimentó fallido que lo
ralentizó. Su familia le dio apoyo, al parecer ahora él era inmortal, no
envejecía. Un día cuando comenzó a investigar las causas de su estado,
descubrió que podía absorber energía. Se deshizo de su familia pues el amor lo
estaba refrenando. Con paciencia, Tortuga comenzó a investigar las fuerzas,
hasta que se dio su encuentro con Flash que terminó con él aprisionado.
Pudiendo sentir las fuerzas, Tortuga se percata que Barry es Flash, asegurándole
que la vida es larga, y tarde o temprano terminará ganando.
Barry abandona Iron Heights percatándose que
visitar a Tortuga fue un error. Ahora sabe su doble identidad. Al volver a su
laboratorio, Barry comienza a indagar sobre los planes de Tortuga, tratando de
anticiparlo a sabiendas que de algún modo están conectados. Iris visita a Barry
y comienzan a hablar del asesinato de su madre, cuando de pronto el cielo de Central city se
llena de truenos y relámpagos. Se trata de la versión futura de Tortuga, quien
ha atrapado a Old man Barry utilizándolo para viajar al pasado junto a su
ejército con a la cinta cósmica. Tal como le dijo en Iron Heights, tarde o
temprano terminará ganando…
CONTINUARÁ…
Nota: 5,0.
Nota final: 5,0
(Chile) / 7 de 10 (Global).
Flash: Año Uno va de dulce
y agraz; no es un mal espectáculo pero de momento no termina de convencer. Ojalá que
Williamson se saque un buen truco debajo
de la manga para hacer que los dos números que restan hagan valer la pena la historia en
perspectiva.
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