Reseñado por: JML
Edición
original: Deathstroke
# 31 (May-2018)
Guión:
Christopher Priest.
Dibujo: Carlo Pagulayan, Roberto Viacara.
Tintas: Jason Paz.
Color: Jeromy Cox.
Portadas: Robson Rocha, Jerome Opeña.
Guión: Christopher Priest mantiene el buen ritmo en esta segunda parte de Deathstroke
vs Batman, jugando al misterio y
la ambigüedad en el asunto medular
que concierne a la paternidad de Damian
Wayne.
Tras las amenazas
cruzadas que tanto Deathstroke
como Batman se hicieron en el número anterior, cada quien ha seguido en sus
propios asuntos, al parecer con alguien queriendo confrontarlos a como dé lugar. La aparición de Talia Al Ghul acrecienta estas sospechas, más aún teniendo en
cuenta que la hija de Ra’s Al Ghul no
tendría ningún tipo de reparos en utilizar a su propio hijo para fastidiar
a Batman. Y ya está por verse su
historia pasada con Slade… muchas sorpresas
pueden venir en los cuatro números que restan de esta historia.
Buen cómic, lectura recomendada.
Nota:
6,0.
Arte:
El
apartado artístico sigue en buenas
manos con Carlo Pagulayan, quien en
esta ocasión es complementado con Roberto
Viacara. Los personajes y las situaciones lucen espléndidos,
totalmente óptimos para un cómic que
se perfila tan interesante como
este.
La portada
del cómic corre a cargo de Robson
Rocha. Cabe hacer mención que en un principio se anunció que Lee Weeks ilustraría las seis portadas principales de esta
miniserie, cosa que no terminó siendo así. La portada alternativa en esta ocasión es obra de Jerome Opeña.
Nota:
6,0.
Historia: Slade y
Wintergreen se encuentran viajando sobre territorio de Arabia Saudita cuando su
avión es embestido por el disparo de una bazuca. Habiendo sólo un paracaídas,
lo toma Wintergreen mientras Slade se lanza vistiendo su traje de Deathstroke,
confiando en su factor curativo y perdiendo su espada de Promethium. Una vez Slade
desciende en pleno desierto se encuentra cara a cara con Batman, quien le dice
que le advirtió que cesase sus actividades como Deathstroke.
Wayne Enterprises, Gotham city. Bruce Wayne se
pierde en sus pensamientos considerando que tal vez Damian pueda ser hijo de
Slade Wilson. Es cuando aparece el comisionado Gordon advirtiéndole sobre el
robo de un prototipo ultrasecreto de teléfono que contiene un chip de
Waynetech. Problemas de los grandes.
De regreso en Arabia Saudita, Slade se percata
que se trata sólo de un impostor en traje de Batman para fastidiarlo, tras lo
cuál se dispone a encontrar su espada.
En Gotham city, Bruce Wayne comienza a
rastrear a quien robó el prototipo, obteniendo sólo como pista que tras ser
robado fue vendido a una mujer rusa. Batman rastrea a esta mujer tratándose en
realidad de Adeline Kane, la ex-esposa de Slade, quien ha robado el prototipo
para el gobierno americano. Kane aprovecha de decirle sobre el avión de Slade
derribado en medio oriente.
En Arabia Saudita, Slade se enfrenta al mismo
grupo de encapuchados que disparó a su avión y pelea con una mujer que tiene su
espada. Tras ser derribado la mujer se abalanza sobre él revelándose como Talía
Al Ghul, quien lo besa y le dice que tiene que hablarle sobre su hijo…
CONTINUARÁ…
Nota:
6,0.
Nota
final: 6,0 (Chile) / 8,5 de 10 (Global).
Me
está fascinando la lectura de esta miniserie donde en primeras y segundas
lecturas da la sensación que nada es lo
que parece como tal. Se esperan de buenas ganas las siguientes entregas.
Por cierto, un
detalle que cabe a mencionar y que se
destaca en los créditos del cómic, es que los sucesos de esta miniserie son previos a los actuales
acontecimientos del universo DC. Una pista que nos puede dar algún indicio de su desenlace…
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Qué tengas un buen día. Nos leemos en una
próxima ocasión. 😉
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